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En el Oeste Está el Agite

  En el Oeste Está el Agite Antes de empezar a escribir este ensayo pensé que lo mejor sería explicar o intentar definir, cosa absolutamente imposible desde mi punto de vista, qué representa un recital. La Real Academia Española define la palabra concierto como una “función de música en que se ejecutan composiciones sueltas”. Lógicamente, esta definición es meramente funcional. Extermina cualquier rastro de subjetividad o emoción de lo que realmente significa asistir a una función como tal. Intentemos recordar cuando Charly se baja los pantalones arriba del escenario, o a Jimi Hendrix prender fuego una guitarra en vivo. A partir de estas situaciones, ¿realmente podemos intentar definir lo que es un recital?  Considero que todo lo que se define, hasta cierto punto se limita. Lo naturalmente bueno, no puede definirse del todo. Que es definir, sino es decir la única cosa que realmente es y todo el resto de cosas que no es ni será aquello que estamos definiendo. No estamos hablando de conc

Dualidades y paralelismos - Reseña Kamiya

Lo espectacular de los cuentos de Kamiya, no es solamente la forma de escribir, los escenarios reales que plantea o la perspectiva propia de una escritora nata. Son las dualidades que presenta lo que le da una extravagancia especial a cada uno de sus escritos.  En el cuento "Partir", la escritora se define a sí misma con el término half (mitad en inglés). Dice que se siente japonesa en Argentina y argentina en Japón, con las minúsculas para ella y las mayúsculas para el país. Este pequeño detalle gramatical no es simplemente un chiste para entendidos, implica mucho más. El hecho de escribirse a sí misma con minúsculas, implica que se pone en un escalón completamente diferente al de los residentes nacidos en los respectivos países. Si leemos el cuento desde su perspectiva, podemos encarnar la piel de una mujer que no es de ningún lugar y es de dos al mismo tiempo. Los escenarios tan cotidianos que plantea, se separan de lo común con pequeñeces que le dan un significado totalme

En el caso de estar en coma.

 A veces pienso en como sería estar en un coma. Creo que la televisión y las películas lo romantizan demasiado. Ese acto de despertar en un momento completamente inesperado, desde luego tiene algo de místico, pero creo que la ficción a veces pierde demasiado de vista lo real. También pienso como sería yo en un coma, suponiendo, que sea consciente de lo que pensara. Creo que a lo único que podría aferrarme, sería a los recuerdos.  Pensaría en mi recuerdo más lejano, mi yo de unos 4 o 5 años viendo televisión en el primer lugar que recuerdo llamar "casa". Era un pequeño living con un sillón amarillo contra la pared que daba a una tele vieja en la que veía pelis en la vieja casetera familiar. El ambiente era abierto, daba a la cocina. Y recuerdo claramente que estaba mi vieja con una amiga suya tomando un café en la mesa mientras yo miraba la pantalla de la televisión. Soy consciente de que no es el más emocionante de los recuerdos, pero cada archivo en la memoria es especial en

Blister de pastillas

  Despertó la mañana que daba inicio a un nuevo ciclo lectivo con un palpitante dolor de cabeza. Así, Felipe, comienzaba su último año de abogacía. Le quedaban muy pocas materias para terminar la carrera y era muy probable que liquidara todas en estos dos cuatrimestres próximos. Vivía lejos de la facultad, por lo que siempre debía comenzar a prepararse por lo menos dos horas y media antes para llegar a tiempo. Mientras la cabeza lo mataba del dolor, se dirigió al baño para empezar su día. Una vez listo, caminó hacia la parada del primer colectivo que debía tomar para llegar a la facultad. Felipe sufrió el viaje como nunca, su molesto dolor de cabeza combinado con el llanto imparable de un bebé ubicado en los asientos traseros lo torturaron durante todo el recorrido. Una vez bajó vehículo, sacó de su mochila un pequeño blister con pastillas. Medicamentos para el dolor. Tomó uno del paquete y lo masticó cual caramelo mientras daba un largo suspiro. Sus amigos le decían que fuera a un pr

Sadismo

Tengo miedo. No lo entiendo, no fue culpa mía. Ella decidió suicidarse, yo no tuve nada que ver y nadie puede acusarme de insensible por lo que sucedió. Esta nota, probablemente lo último que escriba, espero que sea suficiente para demostrar que no fue mi culpa.  Pasó luego de nuestra última pelea, aunque ya ni siquiera recuerde de que se trató. Ella estaba enfurecida y yo sabía que no tenía que abrir la boca. El error fue mío, sin duda, pero su reacción fue totalmente desmedida. Típico de ella, sobresaltarse de más para compensar mi falta de interés en nuestra relación. Como si eso fuese a cambiar algo de las miles de cosas que me pasan por la cabeza cada día. Salí del departamento lo más rápido que pude, estaba furioso. Pero no una furia debido a la situación, furioso porque volvíamos a discutir, porque volvíamos a esa situación de impotencia en la que yo no puedo meter bocado y ella explota descontroladamente hasta que yo pido perdón y ambos nos callamos. Todo parecía bastante norma

Guerra campal

Recuerdo el campo de mis padres todo el tiempo. Un terreno no demasiado grande, pero con un encanto muy particular. Vacas, caballos y cultivos como ingredientes de una de mis recetas favoritas. Cuantas horas habré pasado laburando de sol a sol cosechando la soja que después se cargaban en las camionetas. No me molestaba para nada. En realidad, todo lo contrario, disfrutaba cada segundo de esa dura tarea que me lastimaba la espalda y me llenaba la cabeza de lo que en un futuro se volverían recuerdos.  Todos esos recuerdos, esas situaciones tan placenteras. Quien hubiese dicho que se transformarían en bacterias dentro de mi cerebro que ahora solo quiero eliminar. Qué idiota fui. Cómo no me di cuenta. Sin embargo, nada de eso importa ahora. Lo hecho, hecho está y eso es lo que me lleva a escribir esta carta.  Me propongo reconstruir lo mejor posible lo que ocurrió para que nada quede en el mundo abstracto de la duda. Odiaría perjudicar a quienes no se lo merezcan (porque si alguien no lo

Plenos Ecos

Suspiros abrazan los ecos del alba, en verbos danzan las sombras de ayer, quiero hacer sonar una frase, y en la quietud del silencio poder desvanecer. Adjetivos inusuales pintan formas, adornando los sueños con brillos fugaces, mientras los adverbios susurran al viento, sus notas de magia y anhelos audaces. Figuras retóricas danzan en armonía, metáforas tiernas llenan de color, nombres y apelativos en cada melodía, pintan el poema con matices de amor. Dos colores, enlazados en un abrazo, azul y oro, vibrantes en su fusión, reflejo de momentos, destellos al paso, que envuelven el alma en plenitud y canción. En cada verso, un suspiro que late, emociones brotan como flores en flor, y en este poema, que al alma arrebate, encuentres la esencia de tu propio resplandor. Ecos de plenitud, en versos tejidos, que en el corazón despierten emociones, y en la brevedad de lo vivido, encuentres un eco eterno en tus pasiones.