Paranoia parálisis - reversión

 Paranoia parálisis - reversión


Luego de una larga noche de fiestas y alcohol, desperté en el auto de mi amigo Mati sin poder moverme. Me dolía la cabeza y sentía ganas de vomitar, la resaca siempre había sido un problema para mí. Durante toda la noche anterior habíamos estado tomando y fumando, yendo de un lugar a otro mientras festejábamos el cumpleaños de no recuerdo quien. 

No podía moverme, estaba completamente duro e incómodo. Estaba sentado en el asiento detrás del conductor mientras Mati nos llevaba a no sé donde. No podía moverme. Era una escena totalmente ridícula en la que parecía un protagonista bebé de la misma. En eso el conductor me empezó a preguntar cosas de anoche y a decirme cómo me había descontrolado en el boliche y en el bar. Supongo que lo que me ocurría era el karma luego de lo que había hecho la noche anterior. Pensé que me lo merecía aunque no recordaba absolutamente nada del festejo de cumpleaños. 

Fue en ese momento cuando recordé lo que mi madre solía decirme acerca de sus parálisis de sueño. Una sensación desagradable en la que no podés moverte luego de despertar aunque quieras hacerlo. No podía hablar, moverme ni pensar con claridad. Supuse que lo mejor que podía hacer era esperar hasta llegar al destino y ahí tomar un medicamento o algo para la cabeza. Pero el viaje se hizo eterno. No parábamos de atravesar calles, avenidas y túneles y aún así no llegábamos. 

No menos de 2 horas pasaron y por fin el auto se detuvo. Mati apagó el motor, salió del y cerró su puerta antes de trabar el auto. Tarde un poco en darme cuenta que me había dejado encerrado en el auto. Por supuesto, él no se dio cuenta de la situación. Yo no podía hablar gracias a la resaca y la parálisis, y había estado dormitando casi todo el viaje, es normal que se hubiera olvidado de mí.

En ese momento me dieron ganas de insultarlo con todas las palabras que conocía, sabiendo muy bien que no era su culpa. Así que, ahí estaba. Todavía paraizado por el sueño y la resaca senado en el asiento trasero del auto de la única persona que sabía que había pasado la noche anterior, pero por supuesto, no podía decirme.


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