Autobiografía

 Francisco Galli - Autobiografía - Comisión 6

individual


 La música es un libro


Me propongo escribir una autobiografía, trabajo complicado considerando que ni yo me conozco del todo a mí mismo. Elijo creer que este trabajo va a brindarme una ayuda con esa tarea. Hablo conmigo y con una hoja de papel virtual al mismo tiempo, intentando sonar lo más coherente posible, aunque muy bien sé que eso por lo general es imposible. Tengo la misión de hablar de mí, intentar dar una imagen cercana a la realidad de cómo soy. Voy a intentarlo. 

Desde muy pequeño la música es mi pasión. Hasta ahora, a nada en la vida le dediqué tanto tiempo y esfuerzo. Creo que es algo maravilloso, funciona bien en tantos planos y situaciones que es difícil explicar exactamente qué es lo que me hace sentir bien sobre la misma. Toco la guitarra desde los 9 años y fui criado en mi casa con rock. Toda mi familia tiene una relación especial con la música y yo no podía quedarme atrás. A veces creo que la música es como leer. Una nota puede ser considerada como una palabra, dependiendo el contexto puede ser alegre o pesimista. Si bien nunca fui un lector muy apasionado, me atrae el mundo de la literatura. No puedo ignorar un buen libro al leerlo. No considero ser un experto en la materia, pero de todas formas creo poder defenderme en una conversación en la que se nombren uno o dos libros. Si bien el concepto de lector fue cambiando a lo largo de la historia, creo que yo no entro en ninguno de los diferentes conceptos que fueron apareciendo. Imagino que alguien que si se considera un “lector” podría tomar como insulto que yo lo hiciera. 

He leído algún que otro libro a lo largo de mi vida y debo decir que no me gusta leer. En realidad, no me gusta leer sobre cosas que no me interesen al 100%.  Sí, he leído cosas interesantes, pero nunca nada que me haya hecho replantearme mi posición frente a la lectura. Prefiero simplemente considerarme un no-lector casual que puede saber disfrutar un libro a la hora de hojearlo. A lo largo de mi adolescencia debo haber leído los suficientes libros como para dar por correcta esa definición. 

Elegir una carrera no fue tarea sencilla, de hecho me costó más de lo que pensé que iba a costar. Me veía sumergido en una duda constante sobre el tema académico. El debate constante sobre dedicarle mi tiempo, ahora profesionalmente, a la disciplina que tantas alegrías me había dado no fue sencillo. La música fue y será una opción para mí. Decidir esta carrera, por otro lado, no fue tarea sencilla. Supuse que a lo largo de mis estudios iba a desarrollar diferentes herramientas que podría aplicar a mi pasión absoluta. Ahora veo que estaba en lo correcto solo hasta cierto punto. Planeo posteriormente orientarme hacia el periodismo, cosa que también me encanta. Me considero una persona conectada, atenta, desvergonzada y que sabe darse a entender, por lo que el periodismo sonaba ideal. Si bien el plan suena fantástico, no quita que sea largo y definitivamente arduo. Siempre existe la opción de renunciar a todo y dedicarse a lo que uno realmente lo hace feliz. Lo que mis padres siempre me dicen es que le dé lugar a la duda, que le dé lugar a la crisis, que solo de esa manera uno descubre lo que realmente desea de su vida. 

Esta carrera tan densa y con tanta lectura suena como todo un desafío para alguien como yo: un no-lector. Sin embargo, el problema del libro nunca se resuelve en la página 100 sino en la 500.


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